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Ahora, la exposición del Yoga

1-1 atha  yoganusasanam

atha: ahora
Yoga
anusasanam: exposición, enseñanza

No es casual que “ahora” sea la primera palabra de los Yoga Sutras. Desde el punto de vista tradicional Atha lleva una connotación de autoridad del tema a estudiar, de respeto, con la que comienzan no solamente los Yoga Sutras, sino también varios textos de los Vedas como el Brahma Sutra, el Mahabhasya y otros. Atha también es una palabra auspiciosa para el desarrollo de una buena comprensión y estudio del tema a tratar. Atha es de alguna forma una convención de la literatura sánscrita antigua para un comienzo auspicioso.

Comenzar con la palabra ahora, significa que a partir del estudio de los Yoga Sutras, la visión del practicante con respecto al mundo y su propia situación, cambiara, por lo que “ahora” es un corte al pasado y es una puerta que se abre al presente.

Además “ahora” señala con claridad la importancia del momento presente, y la ilusión de la mente y su enredo en el tiempo mental. La mente cree que en el futuro podrá iluminarse, crecer, evolucionar, etc. Sin embargo la puerta está abierta solo en el “ahora”, el futuro no está a nuestro alcance en este momento, por lo tanto es una ilusión creer que haremos algo en el futuro. Creer que haremos algo mejor en el futuro es de alguna forma, una justificación para no profundizar en el conocimiento de nosotros mismos, en el ahora. En todo caso cuando lo hagamos, será en este momento presente, el único momento en que siempre existimos. Nuestra manifestación, nuestro Ser es inseparable del ahora. Decir ahora y decir Ser es lo mismo. De esta simple y profunda práctica, la de estar abiertos a lo que ahora trae ( Santosha), surge el Yoga. La búsqueda en la que nos hemos embarcado, la de la felicidad, la del conocimiento, la del encuentro con lo que realmente somos, comienza y termina “ahora”. No se encuentra en el futuro ni en el pasado, no se encuentra en un lugar sagrado al que llegaremos tras peregrinar, si no en cada paso del peregrino, no se encuentra afuera si no adentro, no se encuentra en ningún cosa si no en lo único que no es cosa ni objeto de percepción (el Sí mismo), se encuentra ahora, adentro, en el sí mismo que no tiene forma ni tiene límite y lo único que no es objeto, sino sujeto. Es importante comprender que los Yoga Sutras no son un texto en el que hay que creer como fórmula mágica, la creencia es otra forma de poner la búsqueda afuera, congelarla y hacerla esclava del tiempo, para luego repetirla sin profundidad ni vivencia. Busque adentro esta realidad, si así la ve, llévela con usted en el ahora.

Anusasanam significa exposición o enseñanza. Con respecto a este aspecto del Sutra es importante saber que Patanjali no se adjudica la autoría de estas enseñanzas, si no que él las ha realizado a través de su propia práctica habiéndolas recibido a través de sus maestros y luego ordenado y codificado para este texto. La práctica del Yoga, como dijimos anteriormente se hunde en las raíces de los tiempos y no se conoce a ciencia cierta su origen. Lo que es verdaderamente interesante del aporte de Patanjali al Yoga en cuanto a la pulcritud e inteligencia con la que ordeno y expuso estas enseñanzas en los Sutras. La exposición de Patanjali es brillante y solo a través de la realización en uno mismo de las enseñanzas, es decir al profundo conocimiento producido por su propia practica, pudieron haber sido expuestas en esta forma. Es interesante observar que la palabra “comprensión” significa “tener adentro”, es decir, la comprensión de los Sutras no es la repetición memorística de conceptos (la conceptualización es una forma de fluctuación de la mente que puede oscurecer la verdadera comprensión como estudiaremos en el Sutra 1-9), sino la vivencia interna real y presente.

En cuanto a la palabra Yoga, según Panini que fue la máxima autoridad del sanscrito clásico, tiene dos orígenes o interpretaciones diferentes. En primer lugar, Panini dice que el término Yoga puede derivar de la raíz “yujir yogue”, que significa “unir”. El punto de vista de unir deriva de la idea de que hay una realidad interpenetrada totalmente por una conciencia superior, de la que el hombre se siente separado (aunque no lo está ni podrá estarlo jamás), y su objetivo será en este caso volver a unirse o para definirlo más fielmente, es experimentar la eterna e infinita unión que existe entre el Ser y lo Absoluto.

El otro origen de la palabra Yoga viene de yujir samadhau que significa absorción o contemplación, y es a ese origen al que se interpreta la palabra Yoga en los Yoga Sutras de Patanjali, según el comentario que Vyasa realizo sobre los Yoga Sutras. El concepto es que existen dos realidades diferenciadas, llamadas Pakritti o el mundo manifestado, también llamado “lo que es visto” que son el mundo, el cuerpo, las sensaciones, los sentimientos y los pensamientos y, por el otro lado, Purusha o lo inmanifestado, también llamado la conciencia, o el que ve, o el testigo. Estas dos realidades son eternas, Pakritti en eterno movimiento y Purusha en eterna quietud. Las dos están aparentemente entremezcladas en el caso del hombre confundido (avidya), Purusha identificada en Pakritti, es decir la conciencia identificada en la forma. Concretamente nuestra esencia confundida con el mundo. Según el Yoga casi todo lo que llamamos “yo” es un error, el verdadero yo aparece como confundido con e mundo. Le decimos yo al cuerpo cuando nos miramos en el espejo consideramos ser esa imagen reflejada allí, o le decimos yo a los pensamientos (yo creo tal cosa…yo soy así…) pero en realidad el verdadero yo está muy lejos de estas identificaciones. Dichas identificaciones (que deriva de la palabra “ídem”, me hago igual a…”) no son nuestra verdadera esencia. En el caso de la identificación con el cuerpo creemos que somos eso cuando nos miramos al espejo, o cuando vemos a alguien lo identificamos al cuerpo, pero en realidad eso es una manifestación externa de nuestra conciencia, un vehículo en el que viajamos a través de esta existencia, una tremenda reducción a nuestra verdadera identidad, lo que provoca innumerables conflictos. Se nos hace evidente cuando miramos un cadáver, vemos que allí no está mas quien nosotros conocimos en vida, esa conciencia, esa presencia que esa persona fue en esta vida, cuando lo mirábamos a los ojos. En su lugar deja un cuerpo sin vida, ¿dónde está esa vida?

El Vakyavritti, un antiguo texto de la India dice:” El Sí mismo es aquel, gracias a cuya vecindad el cuerpo, los sentidos y las fuerzas vitales, aunque inertes por sí mismas, parecen dotadas de vida”.

La identificación con el cuerpo es un error de visión común a toda la humanidad. Por eso tanto dinero empleado en embellecerlo, en las marcas de vestimenta, de perfumes, de autos, para ser identificados como queremos ser. También es importante diferenciar y ver que no hay nada malo en vestir bien ni en usar prenda caras o bonitas, el tema es no confundir esas prendas con quienes somos. No derivar de ellas nuestra identidad. No somos más importante si vestimos bien ni menos si vestimos mal, desde el punto de vista del Yoga somos infinitamente más que eso, somos la conciencia pura que está detrás de las formas, un rayo de Dios mismo, y para encontrarnos, debemos sentir esta presencia que somos, es decir, no confundir Purusha, lo que somos, con Pakritti, las manifestaciones, las formas, la cascara.

Hubo un gran maestro en el siglo XX llamado George Ivanovich Gurdjieff quien por ejemplo empleaba con sus discípulos, el ejercicio de vestirse mal adrede, colocarse una corbata o un traje considerado horrible para el practicante y mostrarse en público de tal forma sin dar ninguna explicación sobre su vestir. El sentido de este ejercicio era experimentar la presencia que somos por pérdida total de identificación con la imagen que proyectamos. Es un muy buen ejercicio que algunos consideran marginal, pero bien vale la pena realizarlo alguna vez.

El Yoga ayudara a diferenciar de forma práctica, Purusha de Pakritti y así libera al hombre de sus apegos y rechazos, de su total esclavitud al mundo de las formas, ya que estos caen solos. En este caso entonces, la raíz yujir samadhau está más relacionado a separar y yujir yogue a unir.

Es interesante ver el concepto aquí de que los pensamientos también son considerados formas, es decir forman parte de Pakritti, por lo tanto la función del Yoga es liberarnos del poder que tienen los pensamientos sobre la conciencia, el testigo, Purusha. Si miramos más de cerca, en realidad los objetos no son los que tienen poder sobre nosotros, sino el pensamiento que tenemos sobre ellos y que subyace a dichos objetos, como por ejemplo que dicho objeto nos dará felicidad, que nos hará especiales, o al revés, que es detestable, que me hará mal, etc. Por supuesto que hay cosas hermosas que nos hacen felices pero siempre es por un tiempo. De hecho, la felicidad que nos proporcionan los objetos dependen de algo que nosotros no manejamos, su disponibilidad, adquisición, su duración, etc, es totalmente aleatoria y esta mas allá de nuestro dominio. Y aun cuando los poseemos podemos perderlos en cualquier momento lo que nos producirá dolor tarde o temprano. Según el Yoga, la liberación y la felicidad no están en el mundo de los objetos, esta es la solución que postulan todas las doctrinas espirituales. La diferenciación entre el que ve que es eterno y totalmente liberado, y lo que es visto que está permanentemente sometido al cambio es el concepto más importante en los Yoga Sutras. A través de esta idea también comprendemos mejor lo que significa desapego. No como el rechazo al mundo material, si no como la vivencia real, en el ahora, de nuestro Ser o presencia y por lo tanto la desenergizacion de los deseos y rechazos del mundo de objetos y pensamientos que no nos pueden proveer de una felicidad duradera y estable. Aquí otra vez es necesario hacer la diferenciación entre disfrutar de los objetos y la belleza que no tiene nada de malo desde el punto de vista del Yoga, y depender plenamente de dichos objetos externos a nosotros para nuestra felicidad. La clave que propone el Yoga es sentir íntimamente al perceptor, al testigo que somos en todo momento ya que al ser uno con la Fuente, toda experiencia llevara un trasfondo de dicha llamada “ananda”, o bienaventuranza.

Al principio esta percepción es leve, pero con el tiempo de práctica se intensifica dándonos poder sobre nuestra propia felicidad. Y aquí una vez más, debemos hacer la salvedad de decir que tampoco es nuestra “propia felicidad” sino la felicidad que pasa a través nuestro cuando estamos alineados con lo que es. Esto se llama Sat Chit Ananda, que significa “Ser, conciencia, dicha” y que puede ser visto como: cuando soy consciente de mi existencia ahora, la dicha ocurre.

Aquí veremos algunos versos del Jivanmuktanandalahari que ilustran al Sabio que disfruta de los placeres de la vida sin identificación, liberado del poder que dichos placeres tienen:

“3- Ya sea que viva en un templo o en el suntuoso palacio de un rico, que viva a veces en la montaña y a veces en la orilla de un rio, o aun en las chozas de los mejores entre los ascetas dedicados al silencio que han extinguido su propia mente, el Sabio, cuya ignorancia (avidya) se ha disuelto por la gracia del Maestro, ya no sucumbe a la ilusión.”

“4- Ya sea que se deleite a veces en compañía de niños despreocupados que juegan tocando palmas, o que se encuentre con mujeres jóvenes y atractivas, o que se lamente junto a los ancianos del pueblo cuyas almas están llena de preocupaciones, el Sabio, cuya ignorancia (avidya) se ha disuelto por la gracia del Maestro, ya no sucumbe a la ilusión.”

“10- A veces con sus miembros como única vestimenta, a veces vestido con una magnifica capa, o a veces con una simple piel de león para ceñirle los costados (la vestimenta del Yogui en la antigüedad), pero siempre con la conciencia despierta y vigilante, en un estado de completa absolutez y radiante por la beatitud que brota directamente del propio corazón del Perfecto, el Sabio, cuya ignorancia (avidya) se ha disuelto por la gracia del Maestro, ya no sucumbe a la ilusión.”

El texto describe con precisión la experiencia del Sabio, aquel que esta mas allá del mundo de las formas, aquel que ha comprendido que o quien es en realidad y que por lo tanto no se encuentra adherido al mundo ni sufre por su constante movimiento e impermanencia.

Entonces la conclusión del Sutra 1-1 puede ser:

“Ahora en este momento presente, recibiremos la autoridad de las enseñanzas del Yoga que brindan dicha y liberación. Dada su autoridad, estúdielas con respeto y atención.”

Alejandro Chiarella

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